
Yo podría decir que por el modo que su pelo se quedaba liso a través de la almohada, que ella había tenido una noche menos agitada que la vez pasada que yo estuve aquí. Ella tenía sus manos dobladas bajo su mejilla como un niño pequeño, y su boca estaba ligeramente abierta. Yo podía oír su aliento que se movía despacio dentro y fuera entre sus labios.
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