Quítate la ropa lentamente hoy quiero
amanecer contigo y cuidado si
sospechan los vecinos tu mujer o mi marido.
Tú y yo durmiendo con los
enemigos dos seres que jamás hemos querido,
los dos saciando un bendito
capricho donde somos masoquistas
por no volver a nuestros nidos.
Desnúdate al paso mi rey
y solo ámame que el secreto
permanezca en un cuarto de hotel;
te aseguro que esos tontos no van a entender,
que si le somos infieles es por un gran querer.
Así con cautela despacio solo ámame.
Adán y Eva pecaron por tentación tú y yo no somos distintos.
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