# A veces el hombre es como la conga, repite una y otra vez.
Un paso adelante, un paso atrás,
mucha conga pero no se va a ningún lado.
Las relaciones son como la conga sin fin…para un lado, para el otro,
y siempre se vuelve al mismo punto.
Los hombres son previsibles y repetitivos, como la conga;
y el amor es endeble, un poco de conga y todo se desarma.
Pero la naturaleza humana, como la conga,
puede encontrar variantes
dentro de un mismo ritmo, y ahí deja de
ser previsible y aburrida. ~
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